VA DE...Batiburrillo literario

miércoles, 24 de abril de 2024

SOPICALDOS EN BLANCO Y NEGRO

 


(Periodiqueando/ Cosas de Mágina)

59/2024

Este hombre que hoy, desde la página 7 del Diario Jaén −cuya lectura yo no me perdería−, habla de pipirranas, gazpachos y sopicaldos varios, como remedios contra la desmemoria de las solaneras de nuestra tierra más que como matahambres (también endémicas en la memoria de nuestra tierra), sabe de lo que habla. Pero ha sido eso tan “romano y pendenciero” como lo de del vinagre con agua a lo que le dicen “posca” lo que me ha revuelto los trastos en las cámaras del recordar, y lo que me ha traído a la memoria lo que aquella bendita cocinera de la casa de mi infancia, Isabel la de Padilla, se inventó con cuatro mejunjes de nada, para alegrarnos escaseces y apañarnos lo que ella llamaba “la gaseosa de mis niñas”, en unos tiempos en los que se carecía hasta de tres perrillas con las que comprar una gaseosa de las de verdad, con su tapón de bola adosado y sus burbujas estornudantes.

Aprovechando que cualquier casa, hasta las más menesterosas, guardaban en la despensa los potingues necesarios para armar su receta, y los recipientes multiuso donde servirla, en menos que canta un gallo nos apañaba Isabel un jolgorio de patio trasero, cuya receta de “gaseosa casera” sin escribir (Isabel, nuestra cocinera era analfabeta como el 80% de nuestras mujeres rurales) escribe hoy una servidora (In memoriam):

PARA UNA PERSONA (ya no hay más en esta casa)

·     ½ vaso de vinagre (del de hacer gazpacho y limpiar pucheros)

·     ½ vaso de agua fresquita (A poder ser de botijos restregado por fuera con hojas de higuera)

·     ½ “turrón” de azúcar (ahora que la Fiscalía de Tasas ya no da la matraca).

·     ¡Y…! ½ cucharadica de bicarbonato (del que se usaba para lavarse los dientes antes de que llegara a Sierra Mágina el perborato o la pasta de dientes).

 

EL RECIPIENTE DONDE SERVIR LA “GASEOSA” DE LA INFANCIA: 1 vaso de los de la leche condensada “Nogueroles” de los que se guardaban como auténticos tesoros en las bodegas de las casas, una vez vacíos, porque traían pintados en el vidrio dibujillos de colores con los que distraer lo gris de las penurias.

 

En CasaChina. En un 24 de Abril de 2024

ASUMIR UN PREMIO versus RECIBIR UN PREMIO

 


58/2024

No se crean. Asumir un premio literario no es lo mismo que recibir un premio literario.

Asumir requiere de un movimiento voluntario de aceptación de algo que acaso se esperaba con tensión y quizá se temía que no iba a llegar.

Entonces, el vaivén emocional es aceptación/tensión. Y, si llega, lo mejor será tener el talento más sublime: ese que nos lleva a empaparnos de la suficiente humildad para saber que el dedo de la suerte que nos señaló al azar podía haber señalado en cualquier otra dirección. Hay en el mundo −y lo sé− por lo menos dos o tres docenas como yo. O mejores. Así que… menos humos.

Lo de recibir el premio (cualquier premio) es otro cantar. Son actos a los que todos van con sus allegados, y momentos en los que los premiados añoran desesperadamente a los que no pueden ya llegar.

En todo esto pensaba yo ayer.

Cuando ayer se me comunicó que había obtenido el Premio Internacional de Poesía Diario Jaén 2024, tras los primeros momentos de desconcierto, busqué y me agarré como una lapa a los talluelos de humildad que he ido cultivando con esmero a lo largo de mi vida como antídoto necesario contra las rebabas que crecen en este oficio de escribir, oficio que nos convierte en progenitores de criaturas que a veces son verdaderos engendros, sin que nosotros seamos capaces de verlos como tales solo por haberlas parido.

Yo, que deseo honrar a mi tierra con/desde este premio, solo lo conseguiré desde la humildad de la que hablo.

Llegará ahora el día de la entrega del premio. El momento de recibirlo.  Ahí me quiero ver yo misma. Porque, aunque no estén, estarán todos los que contribuyeron a que el dedo de la suerte señalara en mi dirección y no en otra. Todos los que se hubiesen sentido orgullosos de mí en semejante día; todos los que se hubiesen sentado después del acto a vaciar un vasillo de vino conmigo.

Esta noche, mientras pienso en todo eso, sé que hay un puñado de personas que sí que están aquí todavía, y que me gustaría a rabiar que estuvieran. No las nombraré a todas. Pero sí a cuatro que fueron muy especiales en mi vida, en mi avance como escritora, que lo siguen siendo y que, además, son de mi pueblo: BEDMAR:

1.  Luis Alberto Alcalá Martos, porque tiene más vocación de escritor que yo, y una chispa jovial que muchos quisieran para sí.

2.  Jesús Moreno García; un chico tan considerado conmigo, tan atento como no lo ha sido ningún otro hombre en toda mi larga vida.

3.  Marilo Cobo: tenaz como jamás he conocido a otra mujer, hasta trabajar como una jabata por ser autosuficiente.

4.  Cristóbal Triguero López: el artista pintor más grande y más inquietante que he visto crecer a mi lado durante años. El que, cuando era niño, encantaba a los pájaros, y en Sevilla, cuando fuimos a presentar el libro de SIERRA MÁGINA, territorio literario,  magnetizaba a las palomas.

 

Los cuatro tienen, además, un don que ya la quisiéramos alcanzar cualquiera de nosotros: carecen de maldad. Son el amor en estado puro.

 

En CasaChina. En un 23 de Abril de 2024

 

lunes, 22 de abril de 2024

FRAN MIRANDA: El mago

54/2024

(Periodiqueando)

 

       La erudición es directamente proporcional a la edad bien empleada e inversamente proporcional al desprecio por lo desconocido, sea pasado, presente o futuro.

       Lo digo porque FRAN MIRANDA es uno de esos eruditos de las cosas de su edad, capaz de azuzarnos a los que ya estamos de vuelta para que nos “iniciemos” en las claves que nos ofrecen los de ahora sin renunciar a lo de nuestra era: leer, leer, leer…

       Hoy, Fran Miranda me ha puesto el reloj en retroceso. Verán por qué digo esto.

       Soy de un tiempo en el que los dineros y las cosas escasearon tanto en este país que los pocos dineros que llegaban teníamos que emplearlos con tiento en lo poco que había, y a las cosas había darle usos múltiples.

       Como, por ejemplo, al periódico. Yo recuerdo (apenas recuerdo) cómo, una vez leído, −y mutilado con esmero, recortando y retirando lo singular y desechando la farfolla− mi padre iba troceando las hojas en cuatro rectángulos iguales que, a falta de papel higiénico menos rasposo que El Elefante, los colgaba en el cuarto de baño de un alambre grueso doblado en forma de gancho sujeto de una armellilla junto a la taza del váter.

       Y recuerdo también que un día muy caluroso de 1955 mi padre salió del cuarto de baño con gesto de desasosiego. Algo que no debía perderse había llegado al colgadero. Llevaba en la mano cuatro de aquellos pedazos de periódico multiuso, que acomodó encima de otra hoja arrancada del periódico del día, ya leído, pero aún por cuartear, para que le sirviera de bastidor por debajo. Por encima puso una funda de papel de celofán trasparente de las que se compraban por pliegos en la droguería de don Lorenzo del Río para forrar los libros más delicados, y se puso a manipular todo hasta que recompuso como Dios le dio a entender aquella página de periódico redimida por obra y gracia de una segunda lectura menesterosa de su triste último destino. En aquella página a punto de fenecer se daba cuenta del fallecimiento de un tal don Antonio Alcalá Venceslada, del que mi padre era seguidor emocionado como ahora parece que lo es Fran Miranda de otros magos de la palabra escrita.

       “Que no se te olvide este nombre; es un mago de las palabras” −me dijo mi padre, apuntando un dedo sobre el titular del fallecimiento, mientras que con los ojos buscaba en un estante de su librería el libro de Cuentos de Maricastaña, del que solía leernos a mis hermanas y a mí algunas noches. Cuando lo localizó, lo bajó hasta su mesa de abogado, colocó en su interior la necrológica rescatada del váter en el último momento, y le deseó buen tránsito: “Descansa en paz, maestro”.

       No se me olvidó. Y no por mi buena memoria, sino porque mi padre siguió leyéndome los Cuentos de Maricastaña desde aquel 1955 hasta el segundo mes del año 1959, en que también él decidió morirse, y hacer el camino de vuelta que todos tenemos que recorrer. (Descansa en paz, padre. Hasta más ver).

       Y porque el Grupo Escolar “Alcalá Venceslada” de Jaén fue mi primer destino como Maestra Nacional, en el barrio Belén de Jaén, allá por 1963, antes de acabar con mis huesos dentro de una toga de abogada. (Como él). O con la boca llena de palabras, como el otro Él.

       Y porque, como escritora que ama hasta la obsesión la manera de hablarse que tienen las gentes de mi tierra, en cuanto tuve ahorradas unas pesetillas, me compré a plazos el Vocabulario andaluz, de don Antonio, con ese regocijo que da el poder tener entre los habitantes de mi librería casi tantos libros como los que tuvo mi padre. Incluidos los de Harry Potter, esos con los que Fran Miranda juega a las prendas.

       ¡Si es que estos sabios que salen en los periódicos…! Yo no me lo perdería. A lo mejor también a ustedes se les despiertan los duendes de todos los tiempos.

 

En CasaChina. En un 22 de Abril de 2024

domingo, 21 de abril de 2024

O POVO É QUEM MAIS ORDENA

  

 (Poema para un aniversario)

16/2024

Porque todavía arranca lágrimas de esperanza en todas las criaturas de buena voluntad recordar que, en pocos días, y en el país vecino, se cumplirá el aniversario de aquella revolución de 1974, en la que una canción de José Alfonso, prohibida por el régimen salazarista, era asumida como propia por el Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) en Portugal, como segunda contraseña de la llamada Revolución de los Claveles, como símbolo desarmado de hermanamiento de la ciudad de Grândola.

 

Porque hoy, en un rincón de nuestro país, cuyo dolor nunca puede olvidarse a riesgo de convertirnos en inicuos, otra vez (esta vez) será la voz del pueblo (y no la del plomo) la que mande en las urnas.

 

Porque, quien no quiere, no mata, aunque vaya armado. Simplemente, florece.

 

Porque…

cargaron a su espalda los fusiles

culpables y convictos de arcaica vileza

y apuntaron al pueblo

con la complicidad de lo sublime,

con una munición floral y desarmada.

 

Porque entonces

los aromas de abril se hicieron patria,

y el plomo de los tiempos

fue rendido con cantos y claveles…

 

Siquiera sea por eso

jamás seremos cómplices del odio.

O del olvido.

 

En CasaChina. En un 21 de Abril de 2024

 

https://youtu.be/Lt_FhgPVGA0?si=kM_GfqLkBYHb71B8

 

Grândola, vila morena
terra da fraternidade
o povo é quem mais ordena
dentro de ti, ó cidade!
dentro de ti, ó cidade
o povo é quem mais ordena
terra da fraternidade
Grândola, vila morena!

em cada esquina um amigo
em cada rosto igualdade
Grândola, vila morena
terra da fraternidade!
terra da fraternidade

Grândola, vila morena
em cada rosto igualdade
o povo é quem mais ordena!

à sombra duma azinheira
que já não sabia a idade
jurei ter por companheira
Grândola a tua vontade!
Grândola a tua vontade
jurei ter por companheira
à sombra duma azinheira
que já não sabia a idade!

 

SOPICALDOS EN BLANCO Y NEGRO

  (Periodiqueando/ Cosas de Mágina) 59/2024 Este hombre que hoy, desde la página 7 del Diario Jaén −cuya lectura yo no me perdería−, h...